El día que mi trading cambió para siempre se debió a un motivo muy claro, tampoco lo detecté en ese momento, lo detecté bastante más tarde al analizar mi evolución.
A medida que uno hace trading pasa por buenos y por malos momentos. Ley de vida.
Es inevitable, se gana, se pierde y desgraciadamente al principio cuando se pierde se suele perder a lo grande.
Eso es un problema grave de gestión monetaria ahí pero no he venido a hablar de eso.
El día que mi trading cambió para siempre
El día de cambio mi trading fue cuando hice un cambio de actitud en el momento de operar.
No de conocimiento, de actitud.
Me explico.
No fue un día que vi la bombilla, lógicamente, eso solo pasa en los dibujos animados, fue todo un proceso.
Mi actitud paso de voy a operar porque me siento a trabajar a voy a ver qué puedo hacer hoy en el mercado.
Antes me sentaba delante del ordenador y siempre siempre operaba, el 99% de los días terminaba siempre operando, claro síntoma de «querer hacer algo».
Muchas veces hacia operaciones que no tenían sentido, una vez hechas me preguntaba por qué las había hecho.
Con el tiempo me di cuenta de que era porque tenia interiorizado que no era posible sentarse a trabajar y no trabajar.
Actualmente me siento delante de la pantalla con ganas de operar, eso siempre, pero no con la necesidad de operar.
Necesidad vs oportunidad
Me siento a leer el mercado, planificar lo que quiero hacer y esperar a ver si se da.
Dicho de otra manera, hay una planificación previa, tengo muy claro lo que quiero hacer.
Si se da la oportunidad de operar opero, sino lo dejo y tan tranquilo.
Puede parecer una tontería, pero fue fundamental.
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